lunes, 3 de mayo de 2010

Crónicas [1]


CAPÍTULO 1: "Confesé lo que sentí




Soy una flor que no florece todo el tiempo. Florezco hasta que veo la luz del sol con suaves movimientos. ¿Cómo puede ser tan bueno? ¿Qué es lo que me hiciste? Dímelo (….) ¿Me debe importar lo que los demás piensen? ¿Quién es esa persona que sigue susurrándome?
GAIN- BLOOM
 


Fue uno de esos días en que la gente se detiene a pensar, sólo pensar en lo que ha quedado atrás; a cada segundo surgió un recuerdo que revivió tantas historias que quedaron en su pasado. E inclusive los olores vinieron a andarse por el aire.  O por lo menos fue así para ella. 

Daphne podía traer kilos de maquillaje encima diariamente, pero hoy no. Por un momento quiso sentir la sencillez con que cualquier persona se despierta en un fin de semana. Y para seguir más el papel decidió dejarse su pijama favorito.

Tal vez debió ir al gimnasio, sin embargo ella no quería seguir los mismos hábitos de siempre. Después de 22 años de su vida nuevamente se encontraría con su verdadera yo. Por lo que se acurrucó en el alféizar mordiendo su crujiente barra de chocolate preferida.

Soltó un enorme suspiro que estaba a punto de estancarse en el tiempo. Daphne había tomado entre sus brazos uno de sus primeros diarios. Aquel en que plasmó sus pensamientos más profundos,  y el primero que le hizo darse cuenta de que algo no andaba bien en ella.


Querido diario, ¿es así cómo debo comenzar, verdad? Bueno, no creo poder seguir haciéndolo. No es como si tú pudieras entenderlo lo que escribo. Sólo eres a quien estoy a punto de abrirle mi mente y corazón. Por eso te conservaré y tal vez algún día tendré ganas de volver a revivir cierto momento. Aunque espero que alcancen las hojas.

En fin, hoy al fin lo entendí, no soy nada normal. Lo sé, y estoy tan consiente que creo en que iré al infierno.  Todo es debido a que tanto debe que andar dentro de mí; deseos, gustos, características de cualquier chica de trece años pero no es así. No miento, en verdad no soy como las demás. Repito, me empieza a dar miedo a lo que puede llegar.

Lo que está ocurriendo es esto, hace unas semanas fui invitada a la fiesta de pijamas de la hija de los pastores de mi iglesia. Ella acaba de cumplir once años, y por estas fechas soy mayor por sólo dos años. ¿Y qué importancia tendría la edad? Bueno, estoy confundida, Gina a pesar de ser menor que yo, ya le dio por comprar maquillaje y llevarlo puesto. Aunque a escondidas de sus padres. Ellos aun no le han dado permiso.

Aquí va, no vengo a juzgar lo que haga con su vida; no obstante me pareció un poco farsante que ella se comporté de tal forma. Incluso se lo dije: “Gina, ¿qué no deberías poner el ejemplo?” a lo cual ella me respondió “¡Válgame! Creía que tenía suficiente con mi padres, pero veo que no. Ahora resulta que eres devota. ¡Vamos! No es nada del otro mundo usar maquillaje” Hasta allí llegó esa pequeña riña.


Después de que las horas fueran pasando una a una, causo en mí el querer usarte. ¡Lo lamento! Es que cuando te entrego mi hermana como un presente por mi cumpleaños, en verdad no esperé estrenarte tan pronto. 

Volviendo a la razón, verás, él señor y la señora ya se habían dormido. Gina personalmente se encargo de inspeccionar. Y bueno ella nos empezó a presumir algunas cosas, como por ejemplo su primer tanga de encaje. También que finalmente dejó los corpiños.

Desde ahí he sentido algo que no logró entender perfectamente.

Cada vez que veo a Gina sin maquillaje pienso en su otro rostro cubierto por esos productos de súper mercado y sólo se me viene a la menta que es extremadamente bonita. Ella tiene unos enormes ojos que para culminar los cubren unas largas y tupidas pestañas.

Igualmente hace unos días fuimos invitadas a la casa de otra chica que casi no le hablo. Es que acarrean una mala reputación desde la primera vez que pusieron un pie en la iglesia. Y sin embargo, mis padres y  los de Gina nos animaron a que fuéramos. 

La casa de los Stewart era asombrosa, pero su hija lo era más. Sé bien que si ella asistiera al mismo colegio cristiano al que voy la obligarían a cambiar lo que es; pondrían mucho esfuerzo por dejar los pirsin y demás.  Cuando nos llevó a su enorme habitación (en serio la mía y de Ashley es casi del tamaño de su armario y baño) me atrapó viéndola, lo raro fue que me devolvió una sonrisa demasiado extraña...


Acabo de soltar un suspiro. Hoy es la mañana de navidad, es evidente que todos están dormidos luego de la develada de ayer. Hace unas cuantas horas me animé a comentarle a Aarón algo que me andaba pasando por la mente.

¡Tengo que irme! Candy quiero jugar, es una hermosa y traviesa cachorrita; le daré un paseo por la casa ya que no hay nadie aun despierto.


25 DE DICIEMBRE DEL 2003

Daphne cerró con desprecio su desgastado diario. No sólo su letra se había transformado para bien, también sus reacciones ante las situaciones difíciles o sino no sería lo que es en la actualidad. 

Pese a su madurez se le plasmó una melancolía dentro de su corazón, Candy tenía unos años de fallecida. Atrás había quedado los recuerdos de cuando jugaban siendo las dos unas niñas. Y también lo que le sucedía en la velada de noche buena…


─ ¡Ey! ─ aparecí en la cocina picoteándole su espalda. Por supuesto no le asusté ni un poco, por eso me reí de mi fallido intento.
─ ¿Qué onda, Daph? ─ Respondió empinándose una vez más la botella de cerveza.

Siempre tuvimos muy buena relación. Normalmente cuando les contaba a mis amigas que jamás había discutido con mi hermano mayor (caso contrario que con Ashley) no me lo creían. Pero así era; tal vez porque él y yo nos parecíamos demasiado. Dos chicos de tez apiñonada, y cabello castaño. Igual un buen de personas nos han dicen que tenemos muchos rasgo faciales idénticos.

─ Ya sabes que sí te descubre papá te va a dejar sin el carro, por tercera vez.
─ ¡Ay pequeña! Tienes tanto que aprender.  ─ me jaló de las mejillas, e hice una mueca por ello. ─ ¿Por qué no estás jugando con los otros niños?
─ ¡Vamos Aarón! tú no vas a la iglesia más que en el culto; yo los veo el domingo, en la célula,  en el estudio del evangelio, y a mis padres se les ocurre invitarlos en noche buena ¿crees que deseo estar un rato más con ellos?
─ Entiendo ─se rió, y aseguré nuevamente porque me gustaba nuestra relación ─ Aunque sea difícil en este instante luego tendrás otro rumbo, o por lo menos eso espero.
─ ¿Aarón? ─ Hablé suplicante ─ No sé a quién más contarle.
─ ¿Qué ocurre?

Observé levemente el suelo pues estuve avergonzada. Creo que él ciertamente lo notó. Por lo que jugué con mis dedos de manera que me concentrará en ello, y Aarón olvidara mi rostro rosado.

─ Daph acuérdate que aunque seas mi hermana, no por eso dejo de ser hombre. Así que si es algo sobre tu cuerpo y esas cosas puedes decirle a mamá o a... ─

Estuvieron las palabras estrujándome en la garganta. Las tuve que echar apresuradamente ─ Cuando conociste a tu novia, ¿Qué sentiste? ¿Qué paso por tu mente y cuerpo?

En sus ojos hubo un brillo que escasamente se mostraba. Bueno, únicamente en nuestra casa puesto que cuando algo era diferente no se solía ver por lo tanto era insólito. Solemos vivir bajo el régimen de la monotonía. 

─ Así qué esto era ─ nos dispusimos a irnos debido a sus ganas repentinas  ─ ¡Ven!

Habíamos estado conversando en la cocina, ya que toda nuestra familia y hermanos de la iglesia estaban dispersos por el jardín, el comedor y la sala de estar. Pero supongo que algo le incomodó pues nos dirigimos a las escaleras superiores.

Él se sentó primero y luego le seguí.

─ Supongo que tienes sospechas de algo ¿no? ─
─ Qué bárbaro ¡que listo eres! Si, la verdad es esa. Cada vez que pienso sobre esa personita creo que me parezco a ti cuando Diana viene a verte.
─ Digan lo que digan, escúchame: no tiene nada de malo ¿eh? ─ soltó un suspiro ─ Probablemente nuestros padres te empiecen a atiborrar de lo que pueda pasar, e incluso te van a asustar.
─ No me queda claro.
─ Cuando veas biología lo entenderás.
─ ¡Oh ya veo! Hablas de la anatomía humana y de las relaciones con el otro sexo.
─Algo así, creo.

De repente nos hallamos en el silencio. No fue incomodo porque papá hizo sonar una de nuestras canciones favoritas de villancicos. Claramente la tarareé espontáneamente.

─ ¿Y quién es el chico afortunado?
─ ¿Afortunado? En realidad se trata de Jen.
─ ¿Jen?
─Si, cada vez que la veo siento una especie de hormigueo dentro.  Además me animé a contarte esto porque ayer nos vimos y lo primero que me dijo es que la trenza que llevaba me hacía lucir muy bonita. Aarón ¡sentí que me derretiría ahí mismo!
─ Que bromista saliste Daphne Lodge. ─ En un principio sus ojos se abrieron  como platos aunque esos mismos se fueron relajando con la idea que se le metió que le jugaba una broma.

Negué gracias a mi cabeza, de un lado al otro.

─ ¿HABLAS EN SERIO? ─ Las silabas las dijo poco a poco.
─ ¡Por favor! ¿Por qué tendría que mentir respecto a mis sentimientos?
¡PARA! ─ En un santiamén se levantó de su lugar cambiando de su aspecto cálido a alguien que desconocía.
─ Es por eso que no le quise decir a nadie antes. ─ sentí un agudo pesar en el corazón que alguna vez estuvo feliz por ver y pensar en ella.  ─ No me trates así ¡Tú no! ─ Rápidamente lágrimas cayeron por mis mejillas.
─ ¡Ey cabeza hueca! ¿Por qué haces llorar a tu hermana? ─ Pese a que el llanto me hacía difícil ver claramente, supe que era Ashley y supuse que traía a la candy entre sus brazos.
─ Daphne ¡mírame! ─ Sus manos me estrujaron un tanto los hombros ─ Júrame que a nadie más le dirás que te gustan las niñas.
─ ¡Tonto! ─ Le quité sus manos pero éste no dejaba de plantar sus ojos fijamente a mi rostro ─ Sabes bien que no juro.
─ Al parecer Ashley fue a chismearles a nuestros papás. Pero antes que vengan, aunque sea prométeme lo que te pedí.
─ Puedo intentarlo.
─ ¡Esa es mi chica! ─ me enjuagué las lágrimas. Sin embargo una se me escapó y él me ayudó a detenerla. 
Justo después en esa fría noche sentí por primera vez calidez cuando este me abrazó. Ese larguirucho me hizo sentir mucho mejor. Pero  sus anteriores palabras no se fueron aun a pesar de que me lastimaban: “Digan lo que digan, no tiene nada de malo”


Lees siguiente capítulo 

Dedicatoria: Para ti, siempre fue así.  

COMENTARIOS PERSONALES: Sí leíste esto cuando lo subí o antes de el día de hoy (8/noviembre/12) notarás que la he modificado, si te gusto agradecería mucho que lo comentes o también cuenta si no te gusto y creíste que está mal redactado, dimelo, no muerdo ^^

5 comentarios:

Andre*a dijo...

Briiii!!
amo tu imaginacion!
amo tu blog
amo esta historia, me encanta jeremy
hahhahahhahah en serio me parti de
risa en la parte qe dijo
- soi lesviana
- no se lo qe es pero te ayudare a
curarte
hahahahah qe riisa diios,
el niño esta realmente enamorado
hahaha su hombre
me encantta esta historiia!
por cierto brii
estuve una temporada desapareciida
asi qe me voe a poner
a comentar lo qe llevo de atraso :D

besootes!
Andre*a

"N" dijo...

se que es una entrada antigua, pero aun asi no puedo evitar comentar.
El inicio me ha encantado, Jeremy se escucha tan dulce (:
espero que la puedas continuar, estaré al tanto si es el caso :D

.hugs

Oriana Blanco Herdz dijo...

Me encanta, es demasiado genial :))
Me gusta mucho tu blog :)

Besos.

Dominique dijo...

Bri el capitulo es increíble! Lo amo realmente. Es tan...real. Te felicito.

A.M. dijo...

Que hermoso!
Es tan real. La gente te discrimina como si fueras un animal... (yo no soy homosexual, pero estoy a favor de ello, y muchas veces me han maltratado en mi escuela tachandome de que lo soy).
Y que lindo Jeremy. Con aquella dulce inocencia. :)
Besos, me ha encantado.

Miss Skellington

¿Y si digo que volví…?

¿Y si digo que volví…? Alguna vez lo dije y lo repito: el tiempo sin duda pasa a gran velocidad. No estoy precisamente segura que hay...