viernes, 31 de diciembre de 2010

Nada se compara con esto [New year♥]


¿Por qué me tienen que salir estas lágrimas justo en año nuevo? ¡Chillona! Alcanzó a gritar con los dientes cascabeleándome.

Si estoy en lo correcto te preguntaras como llegué a esto, si regreso un poco atrás, hace unas semanas exactamente, mi padrastro planeó una salida justo en nochebuena con destino a Aspen. Todo debido a su muy humilde opinión de que disfrutaríamos una velada. Y sobretodo admiraríamos la libre caída de los hermosos copos de nieve.


Aunque ¿verdad que todavía no entiendes por qué estoy sola en medio del bosque a punto del crepúsculo? Correcto, te explico.

Mi media hermana es una modelo de revista; yo todo lo contrario, por supuesto que me puedes imaginar soy de las personas que tienen un blog donde cuelga todas sus fantasías y escribe tonterías y come sin parar junto a la computadora, además de que se carcajea debajo de las sabanas en la noche cuando un personaje de los blogs que sigue dice algo chistoso; justo ahí crece la semilla de mi ridícula vida. He comenzado a creer que tengo problemas de autoestima. También a cada paso que doy entre la nieve me maldigo.

Bueno, volviendo al tema principal hace un rato esa cosa llamada “hermana” me retó a ir a la colina más alta, y bajar por ella; yo en una tabla de snowboard y ella con sus respectivos esquís. Me di cuenta que era demasiado tarde retractarme a la mitad, por lo que llegue hasta el punto final. Y estando allí viendo la terrible altura… me aventó sin que yo estuviera preparada.

Rodé y rodé, en serio que lo hice y ahora estoy perdida en un lugar desolado. No obstantes hay miles de árboles transformados por el invierno, para colmo está oscureciendo.

Suelto un suspiro, el tiempo fluye de prisa, los rayos de la luna están capturando la fría atmosfera. Veo una cabaña cerca de aquí con una luz encendida, corro torpemente ya que le temo a los búhos y acabo de escuchar un ruido espantoso.

Me voy acercando mientras que a alguien se le ocurrió apagar las luces de la cabaña. Toco la puerta como si mi vida dependiese de aquello, por lo que me desesperó cada vez más; giro puesto que escuchó un rugido. Jamás tuve una experiencia así, no lo creo y menos lo asimilo: cerca hay un animal rugiendo, temo que se trate de un lobo feroz.

“¡Ábranme!” grito dando manotazos a la puerta,  no obstante dura poco.

Alguien asoma una mano con ademan de que pasara, le sigo inmediatamente y comprendo que estoy a la deriva.
Dentro solo encuentro obscuridad pero también una horrible sensación de que alguien que me observa. Debo estar mal, solo hay maniquís sin cabeza, algunos llevan consigo ropa de diseñador, lo sé porque repetidas ocasiones mi hermana me reprochaba mi ignorancia al no diferenciar entre Juicy couture, Coach poppy y Touse.

Al final de mis adivinanzas por saber que marca era cada atuendo me doy media vuelta. Oí una risita tediosa. Veo un aislado maniquí el cual es singular por ser hombre, él también se diferencia del montón por llevar ropa desde un sombrero en la cabeza hasta zapatos en los pies, pero sobretodo por tener cabeza. Aunque sea de plástico podría ser el chico ideal de cualquiera, inclusive yo.

No está sonriendo, tiene una expresión de disgusto, “si fueras real serías el hombre al cual defendería con uñas y dientes, ¿por qué no sonríes guapetón?” digo tocando sus duros labios. Mi un segundo queda cuando se me corta la respiración ya que una de sus manos me acarician las mejillas.

“Tú no eres nada de bonita, si fueras un maniquí de seguro no serías la chica que protegería…” habla como si fuera humano, yo me sorprendo y me repito que esto no es verdadero. Tengo que estar soñando.

Me arranco un cabello, me pellizco los brazos, hago circo, teatro y maroma para confirmar que es VERDAD.

“… Pero ¿sabes algo? Eres diferente a todas las muñecas con las que he estado y hace dos temporadas que no salgo al mundo real” continúa, su sonrisa es tan impactante que no sé qué debería contestarle. ¡Ahora menos! me toca a frente y refunfuña como gato.

“Estás muy fría, casi pareces vampiro” esto me recuerda que detesto a los chicos como él, bueno realmente creía que era un tipo inofensivo pero luego de ver como se está quitando prenda por prenda. Decido mirar a otro lado tratando de controlar mi pulso.

“¡Eres un pervertido!” digo tapándome los ojos.

Alcanzo a notar cada parte de su abdomen y no parece real, se ve como un Ken. No resisto y me le acerco con fin de tocarlo, y antes de que mi dedo lo logré me detiene y me cubre la espalda con su chaqueta. Creo en sonrojarme.

¿Te digo que pasa después? Me llama pervertida, hace que me de media vuelta. Esta burlándose de mí, al final él queda detrás de mí. Estoy por partir aunque no sepa a donde cuando él me tira por la cintura y hasta logra poner su cabeza en mi hombro derecho.

“No te vayas. He estado tan solo”  dice con las palabras más sinceras que jamás he escuchado antes.

“Entonces, ¿eres de verdad?” Este asiente. “Podemos salir, vine aquí porque pensé que un lobo me seguía. Si salimos puedes agarrar tu camino”

“Creo que no lo entiende, yo quiero conocer el mundo contigo”

“¿Por qué querrías algo como eso?”

“Las personas con el peor físico tienen el mejor interior, lo he comprobada cada vez que despierto” me dice quitándole una blusa rosa a un maniquí y poniéndosela.

“Bien, estoy loca por hacer esto pero al final será un año diferente. Lo veo venir” le digo  “Pero está prohibido tocar mi Nutella ¿vale?” tendí mi mano como una broma amarga, él la acepta. 

COMENTARIOS PERSONALES: Esta ideo surgió hace unos años (esto lo estoy escribiendo en noviembre de 2012) cuando en víspera de navidad visité junto a mi familia una tienda deparmental y no sé porque me le quede viendo a los maniquís. Además recordé una novela mexicana creo que se llamaba carrusel o algo así.

1 comentario:

Dominique dijo...

Me encanta tu blog, lo que escribes es INCREÍBLE! me encantaría que pudieras publicar mas seguido. Pasate por mi blog cuando puedas, un beso (:

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